martes, 29 de septiembre de 2015

“Cuchi, Albert: “Estrategia verde para Santiago” SOBRE METABOLISMO URBANO

La introducción de nuevos cultivos como el maíz o la patata, origina transformaciones a la hora de gestionar el territorio, al tratarse de cultivos dominantes. Dichas transformaciones obligan a una gestión determinada del territorio para garantizar la obtención de la máxima productividad social; y se encuentran además, ligadas a la gestión de la biosfera como fuente de los recursos precisos para satisfacer las necesidades sociales.

Por otra parte, el prado de riego supone especializar productivamente el territorio respecto a la disponibilidad de un suministro constante de agua que permita tanto su riego estival como su inundación invernal, si es necesaria. Su función productiva es el pasto directo y permitir la disponibilidad del alimento para el mantenimiento invernal del ganado en unas condiciones de estabulación.
La función de los prados de riego es la recuperación y disponibilización de los nutrientes para el sistema productivo, mediante el filtrado de las aguas a través del suelo. Este filtrado obligaba a extender esas aguas como una fina lámina sobre un suelo cultivado con especies absorbentes, y de forma que predominase la infiltración sobre la escorrentía. Así, queda un espacio hidráulico cargado de recursos técnicos, y organizado para obtener su máxima eficiencia.
La lluvia tiene también en la ciudad el papel de recogedor y concentrador de materia orgánica dispersa por las superficies urbanas, y así esas aguas disponen de un alto valor productivo y son usadas inmediatamente. Se configura así toda la estructura urbana como un mecanismo de gestión del agua que, recogida en tejados y pavimentos, es conducida por las mismas calles.


Debido a la necesidad del agua de la gravedad, se produce una relación estricta entre los acuíferos donde mana el agua, la topografía que permite su conducción, su llegada a la ciudad y su distribución por ella. Así, el espacio urbano refuerza de este modo su relevante papel como elemento clave en el metabolismo y estructura de la ciudad donde se establecen las relaciones que complementan y hacen eficiente esa infraestructura.

Por último, el nacimiento de la agricultura industrial basada en fertilizantes minerales, con la que se mejora el rendimiento, da lugar graves problemas de salubridad por la multiplicación del uso de pozos, al aumentar la contaminación a causa de filtraciones de fecales.

Con esta agricultura industrial, surge la máquina de vapor, que sirve para la elevación a presión del agua de las minas. Este bombeo de agua, permite el acceso al agua a lugares cada vez más lejanos y la posibilidad de salvar los desniveles precisos.
A medida que la disponibilidad de agua lo permite, grandes depósitos de escala urbana mantienen una presión constante en la red de abastecimiento, y permiten la llegada del agua con presión cada vez mayor.

Pero el modelo actual de uso del agua como vector de movilización de la materia orgánica va resultando cada vez más y más ineficiente a medida que se le exige una mayor calidad en su retorno al medio. El bombeo, la presión, no sólo transforma la relación de la ciudad con el territorio, sino que deshace la relación entre la forma urbana y el agua, que apenas se conserva parcialmente en el alcantarillado.

Los espacios verdes urbanos
Los espacios verdes se desvinculan del metabolismo social por su incapacidad de sobrevivir en él.

En primer lugar, la separación, la protección del espacio verde de un metabolismo urbano contaminante que lo destruiría y en segundo lugar, la disposición de los elementos y los recursos precisos para crear y mantener el espacio verde a lo largo del tiempo.